domingo, 23 de enero de 2011

Me encantaría...

Me encantaría saber que piensas y averiguar cuales son tus intenciones. Quiero saber que buscas, que tratas de de conseguir cuando das eso que parece ser una apariencia que en ocasiones trata de encumbrarme, y en otras hundirme en un abismo. Quiero que sepas que puedes sumarte un logro a tu ego si lo que querías era hacer de mí un desconfiado, porque en esa asignatura tienes matrícula de honor. En cambio si tu objetivo no era más que tratar de convertirme en tu perrito faldero, tal vez sea hora de que empieces a ver lo que para tí ha sido un fracaso.

Tratas de fingir dando una imagen que para nada eres, pero es que ni siquiera para eso sirves. Ibas de diferente, de extravagante, de incondicional, queriendo hacerme ver lo especial que eras, y al final el adjetivo que más te definía es el de estrafalaria, porque aunque te duela aceptarlo, eres una más. Tu actitud no ha hecho más que posicionarte en la posición que mereces, casi sin darte cuenta, y es que tu mayor fallo ha sido el de intentar no cometer ninguno. Ya practicamente he perdido la esperanza de algún dia poder ver la verdadera cara de la moneda, pero a estas alturas ni me importa.

Me encantaría no haber tenido que llegar a este punto, pero tú me obligaste por las malas. Por suerte, dejar de desear lo que sé que no es para mí y controlar los impulsos de unos sentimientos que no hacían más que perjudicarme, no es algo que me encantaría, sino que ya es un hecho.

No trates de apartar tu mirada cuando leas esto, porque sabes perfectamente que va para tí. Aunque si te apetece ignorar esto y seguir con tu juego, hazlo, yo te seguiré, pero si eso es lo que decides, conseguirás que te pierda el poco respeto que te tengo.

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